Quizá la magia del Texas Hold’em resida en que se trata de un juego sencillo donde cualquiera puede comprender las reglas básicas. Te reparten dos cartas y debes de conectar con las cinco cartas comunitarias para ligar la mejor jugada posible de 5 cartas, pudiendo usar ninguna, una o dos de las cartas exclusivas que has recibido. El juego es mucho más vibrante si se juega sin límite de apuestas (No Limit), y de hecho, está dejando casi obsoleto a la modalidad Limit del Texas Hold’em.
Pero, el poker no es solo Hold’em. Existen otras muchas modalidades de juego. Quizá al no ser tan espectaculares o por ser algo más complejas, no están codeándose con el Texas Hold’em. Del resto de modalidades de poker, la que tiene más aceptación es el Omaha. El Omaha es un juego bastante parecido al Texas. Las únicas diferencias residen en que se reparten 4 cartas a cada jugador y estás obligado a usar dos de ellas (ni más ni menos). Este juego es muy interesante en las partidas de dinero (cash games), ya que se forman botes monstruosos y muchas veces se necesita la mejor jugada (nuts) para llevarse la mano.
Dentro del Omaha existen también distintas variedades, donde la que tiene más éxito es el Omaha Pot Limit. El tamaño máximo de apuesta viene dado por el tamaño del bote en cada momento.Otra variedad interesante del Omaha es el Omaha High-Low, donde el bote se puede repartir a partes iguales, entre la jugada más alta (con las mismas connotaciones que para el Omaha Pot Limit) y la jugada más baja (esta jugada solo se da en el caso que aparezcan en la mesa, 3 o más cartas comunitarias distintas y comprendidas entre el A y el 8). También se puede jugar al Omaha con límite y hasta sin límite de apuestas (esto último es muy poco frecuente).
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